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miércoles, 28 de diciembre de 2011

PARA ORGANIZAR UNA VERDADERA POSADA




 OLOR A PINO
VIENEN LAS NAVIDADES
POR EL CAMINO. 
 
 El  HAIKU es un poema japones, que consta de tres versos
de 5, 7, y 5 silabas, dando asi un total de 17.
Caracteristica del HAIKU es su relacion con un momento de la naturalezaa
describe un instante, que puede ser unico o repetido y cotidiano
MARIA CASPARIUS TOQUERO, PREMIO NACIONAL DE POESIA
 HAIKU  EN ESPAÑOL 1991 DE ENTRE 1269 PARTICIPANTES.  QEPD. 
 






En México, existe constancia de que en 1587, el religioso agustino fray Diego de San Soria, prior del convento de San Agustín acolman  solicitó y obtuvo una bula del entonces Papa Sixto V para celebrar anualmente, en esa sede y otras del Virreinato, misas de aguinaldo desde el día 16 y hasta el 24 de diciembre.

Al inicio como todo festejo, estas fiestas se desarrollaron en los atrios de las iglesias y después se extendieron a la vía pública. Las calles se llenaban entonces de gente, que con gran bullicio se formaba en procesiones, había profusión de luces, tanto en las ventanas de las casas como con las velas que llevaba cada uno de los participantes; todo mundo cantaba y bailaba; pero en el momento preciso, se arrodillaba y rezaba adonde quiera que se encontraba. De esta manera lo religioso y lo profano formaban una mezcla de devoción y diversión que hace de las posadas mexicanas algo muy bello y único en el mundo.

En el siglo XIX las posadas se encontraban firmemente instaladas en el interior de las casas, pero las concentraciones en las calles y en las iglesias no se acabaron. Existen reseñas de aquél siglo que describen varios tipos de posadas llevadas a cabo por diferentes grupos sociales como la alta sociedad, donde celebraban con gran suntuosidad y sin escatimar en decoración, belleza y variedades de figuras del nacimiento y fuegos de artificio. Se cuenta que había niños vestidos de ángeles que llevaban túnicas de tela metálica con hilos de plata o de oro, penachos de plumas blancas, alas de gasa, zapatos de satín blanco, bordados en oro y una profusión de finos diamantes y perlas en cintas para la cabeza, broches y collares.

En las casas de la clase media solían festejar nueve veladas y adornaban con heno, ramas de pino, farolas de papel o vidrio, y se celebraba la posada de manera parecida a la actualidad, con la diferencia de que tronaban ruidosos cohetes y rezaban al momento de la entrada de los peregrinos a la casa, después de pedir posada.

En la mitad del siglo XX, y hasta la fecha, los adornos de faroles se reemplazaron por foquitos de colores y luces eléctricas. Ya no hay músicos vivos y se tocan discos para alegrar la fiesta. El ejército de sirvientes que una vez ostentaba la clase alta del siglo XIX, se redujo notablemente a uno o dos criados. En vez de tronar cohetes se distribuyen a los invitados centellantes luces de bengala. Se comenzó a obsequiar frutas, cacahuates y canastitas con colación a la gente mayor. En el pasado eran canastas de porcelana que se guardaban como recuerdo, pero más tarde se hacían de palma tejida o de cartoncillo, adornadas con papel de china de colores. Hoy en día la colación se reparte en bolsas de plástico con detalles navideños.

Actualmente no todas las familias conservan las costumbres del pasado y esto se ha agudizado durante los últimos lustros. En muchas ocasiones, las posadas se han convertido en bailes de salón, donde ya no se recuerda la razón del festejo. Sin embargo, vale la pena revivir la tradición de las posadas clásicas como lo hacen en algunas vecindades o conjuntos habitacionales donde todos los vecinos colaboran, y cada quien se encarga de algún aspecto de los preparativos para hacer la ocasión lúcida y agradable. Para ello, te presentamos lo necesario para organizar una posada tradicional mexicana:

- Peregrinos
- Libro de letanía
- Velas
- Colación
- Silbatos
- Canastas de papel o de palma
-piñata
- Soga o mecate
- Fruta: cacahuates, mandarinas, limas, tejocotes, caña, etc.
- Luces de bengala

- Si se desea, pueden repartirse atole, buñuelos y/o tamales a los invitados.

• Se adorna la casa con faroles de papel y papel picado.
• Para la procesión, los invitados deben formar una fila y cantar los párrafos de la letanía, al frente de ellos deben ir los Santos Peregrinos.
• Posteriormente, los asistentes se dividen en dos grupos: el primero pedirá posada fuera de la casa y el segundo se colocará dentro de ella para responder a los cantos y dar posada.
• Al terminar el acto religioso, se repartirá la colación en canastitas de papel, además de las luces de bengala y los silbatos.
• El momento más esperado de la posada llega: la ruptura de la piñata.
• Una vez que se haya roto la piñata, se reparte una porción de fruta a cada invitado. Finalmente se dará por terminada la fiesta degustando un vaso con ponche o atole para contrarrestar el frío; estas serán el complemento ideal de los tamales y los buñuelos hechos en casa.



martes, 13 de diciembre de 2011

LA INOLVIDABLE AUDREY HEPBURN


 


AUDREY HEPBURN
(1929-1993)
Mujer de frágil belleza y sublime elegancia, Audrey Hepburn fue una de las actrices más estilosas de todos los tiempos.
Nació el 4 de mayo de 1929 en la ciudad belga de Bruselas, en el seno de una familia de clase alta, su madre era una aristócrata de origen holandés y su padre era un banquero británico. El pomposo nombre con el que fue bautizada fue el de Edda Kathleen Van Heemstra Hepburn-Ruston.
Tras el divorcio de sus padres, Audrey permanecería con su madre y se iría a Inglaterra. En Londres asistiría a colegios privados y a clases de danza.
Su delgada y alta figura le conseguiría la oportunidad de introducirse en el mundo de la moda.
El siguiente paso sería intentar la entrada en la industria cinematográfica, entrada que se produjo a finales de los años 40 tras la oferta realizada por un productor holandés (país donde pasaba sus vacaciones y en donde residía en largas temporadas) para intervenir en "Nederlands in 7 lessen" (1948).
Eran papeles de figurante que fue poco a poco incrementando con el paso de los años. En ese periodo apareció también muy brevemente en la famosa película de la Ealing "Oro en barras" (1951). Decidida a hacerse un hueco en el mundo del cine, Audrey se marchó a Hollywood para probar suerte y la verdad es que no pudo ser más afortunada.
Tras revelarse en Broadway con "Gigi" consiguió su primer papel americano en una película de William Wyler llamada "Vacaciones en Roma" (1953), una comedia romántica co-protagonizada por un ya estelar Gregory Peck.
El film fue todo un éxito y su aristócrata interpretación premiada con el Oscar a la mejor actriz. No cabe decir de que fue la intérprete femenina revelación del año.
En los años 50, Audrey se presentaba como un tipo de belleza muy alejado de las carnosas féminas estilo Jane Russell, Marilyn Monroe o Jayne Mansfield, su elegancia y apariencia distinguida fueron muy bien aprovechadas en películas de corte romántico de múltiples variantes como "Sabrina" (1954) de Billy Wilder, "Una cara con ángel" (1956) de Stanley Donen o "Ariane" (1957) también dirigida por el gran Wilder.
Otros films de los 50 fueron "Guerra y Paz" (1956) de King Vidor, "Mansiones Verdes" (1958) de Mel Ferrer e "Historia de una monja" (1959) de Fred Zinnemann. Por sus actuaciones en "Sabrina" e "Historia de una moja", Audrey volvería a ser nominada al premio Oscar.
En "Mansiones Verdes" había sido dirigida por Mel Ferrer, actor, productor y director con el que se había casado años atrás, en 1954.
Con Ferrer compartiría protagonismo en dos ocasiones, "Guerra y Paz" (1956) y en "Encuentro en París" (1964), una película firmada por Richard Quine. Cuatro años después de finalizar este trabajo se divorciarían.
Los años 60 no serían muy prolíficos para Audrey Hepburn pero casi todos los proyectos que iniciaba eran verdaderamente interesantes.

Títulos como "Los que no perdonan" (1960) de John Huston, "Desayuno con diamantes" (1961) de Blake Edwards -por el que volvió a ser nominada al Oscar-, "Charada" (1963) de Stanley Donen, "My Fair Lady" (1964) de George Cukor, "Como robar un millón y…" (1966) de William Wyler, "Dos en la carretera" (1967) de Donen o "Sola en la oscuridad" (1967) -última nominación- de Terence Young mostraban tanto su talento interpretativo como el éxito que seguía manteniendo entre la audiencia cinéfila con productos de calidad que compartía al lado de gente tan importante como Burt Lancaster, Cary Grant, Rex Harrison o unos jóvenes George Peppard y Albert Finney.
Tras su divorcio de Ferrer y su boda con el médico Andrea Dotti en enero de 1969 (se divorciarían en 1982), Audrey Hepburn se retiró del cine para ocuparse de sus dos pequeños hijos durante unos años regresando en 1976 con la crepuscular historia sobre Robin Hood desarrollada en "Robin y Marian" (1976), un film dirigido por Richard Lester y co-protagonizado por Sean Connery.
Sus posteriores apariciones en la pantalla grande se cuentan con los dedos de una mano siendo su último trabajo el compartido con Steven Spielberg en "Always" (1989).
En los años 80 y 90, la principal tarea de Audrey fue la humanitaria, ayudando a los niños pobres como embajadora especial de la UNICEF, esta tarea sería recompensada con un premio póstumo especial Jean Hersholt, póstumo pues moriría debido a un cáncer de colon en Suiza el 20 de enero de 1993. Tenía solamente 63 años.



GRACE KELLY ICONO DE ESTILO


 


Grace Kelly: Icono de Estilo

El estilo clásico y elegante de la bellísima Grace Kelly sigue marcando tendencia, por eso el Victoria & Albert Museum de Londres ofrece una selección de los vestidos más espectaculares y recordados que Grace llevó como estrella de Hollywood y, posteriormente, como princesa de Mónaco.
La exposición Grace Kelly: Icono de Estilo, cuenta con diseños de Christian Dior, Balenciaga, Givenchy, Yves Saint Laurent fue una de las grnades muestras de 2011
La muestra empieza con tres elegantes vestidos diseñados por Helen Rose, modista de la Metro Goldwyn Mayer, para el personaje que Grace Kelly interpretó en la película High Society (Alta Sociedad) en 1956, la cual, lamentablemente, fue su última película. Después de esto se dedicó a su vida de princesa.
Helen Rose fue la elegida por Grace Kelly para que diseñara el vestido de novia que lució en su boda con el príncipe Rainiero, el 19 de abril de 1956, en Mónaco. Este acontecimiento fue llamado "la boda del siglo".
En esta exposición tampoco podía faltar el vestido negro de gasa que Grace Kelly lució en Rear Window (La Ventana Indiscreta) de Alfred Hitchcock.
La responsable fue Edith Head, modista de Paramount Pictures, quien también creó el vestido de satén color verde perla con el que recogió su único Óscar en 1954 por The Country Girl (La angustia de vivir), cuando tenía sólo 25 años.
La muestra también tiene una extensa sección dedicada a su rol como miembro de la realeza. Se exponen varios vestidos que llevó en actos oficiales como princesa, así como la tiara y el conjunto de joyas de la casa Van Cleef and Arples, la favorita de Grace Kelly, que Rainiero encargó en su tienda de la Quinta Avenida de Nueva York para pedirle matrimonio.
El elegante traje verde de Givenchy, con el que se lució en una visita oficial a la Casa Blanca en 1961, donde fue recibida por John F. Kennedy y Jaqueline Kennedy, no podía faltar en la muestra.

Y también se exhibe el fabuloso vestido morado de Yves Saint Laurent que la princesa llevó en una gala benéfica en el Royal Opera House de Londres, en el que coincidió con la entonces futura princesa Diana.
La princesa sabía que los complementos importan, y mucho, por eso en la muestra no podían faltar. Su estilo lady se complementaba a la perfección con los lentes de sol, sombreros y guantes blancos a los que era aficionada. Y no olvidemos el mítico bolso de Hermès llamado Kelly, en honor a la princesa, y que además ella puso de moda al ser fotografiada varias veces con el.
Y aunque un accidente de auto, en 1982, le quito la vida, en la misma carretera de Mónaco en la que ella y Cary Grant hacen un picnic en la película To Catch a Thief (Atrapa a un ladrón), la actriz y princesa Grace Kelly sigue siendo un referente de la moda, y todo un icono de estilo.